Lo bello y lo triste

[Cinta Ricart]

Lo bello y lo triste fue de los primeros libros de los que me hablo Mariano en esas conversaciones torrenciales, ávidas de transmitir experiencias y emociones, de conocer y darse a conocer, propias del inicio de una relación amorosa. Apenas recordaba su argumento, pero no había olvidado su delicadeza, una delicadeza que creo que ahora he saboreado con mayor intensidad. No creo que con la edad me haya vuelto más sensible, sino que me cautiva más la belleza porque en el camino me han dejado de impresionar otras cosas.
El título del libro es una definición certera de lo que encierra.
El lenguaje de Kawabata es de una sencillez muy hermosa y he gozado con la descripción de los paisajes. Me han trasladado el aroma, la luz y los colores de Japón, aún sin haberlo visitado.
También me ha parecido fabuloso el análisis psicológico de los personajes. Con pocas palabras, el autor es capaz de mostrarnos sus pensamientos y emociones y que logremos comprenderlos, a pesar de resultar desmesurados en pasión y dramatismo para nuestra sociedad occidental. Es tal la belleza que consigue que probablemente me sería indiferente lo que narrara.
Es difícil de entender el amor que guarda Otoko por Oki después del tiempo transcurrido desde su relación y el sufrimiento que le había causado y vuelve a provocarle al intimar con Keiko. Parecería que se había encerrado en el dolor y no había madurado, incapaz de desprenderse de él.
Lo más dramático de la novela es la venganza, ese afán tan humano y destructivo a la vez, inútil porque con ella no se cambia ni se recupera nada, solo provoca mayor angustia y dolor.
Gracias Mariano por haber escogido este libro. Con respecto a la primera vez, he experimentado mayor placer en su lectura porque después de tantos años contigo y conociéndote como te conozco, es como leerlo juntos. A mis sentimientos y reflexiones se añade la intuición de los tuyos y es doble disfrute.

Otro abrazo.

Cinta

[Autor]

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